No soy un elfo no, ni soy súper amiga de Santa Claus, ni me sé los nombres de los camellos de los Reyes Magos, ni sé llegar a la cabaña en el bosque del Olentzero. No, no tengo enchufe con ninguno de ellos… pero aquí donde me véis yo una vez, salvé la Navidad. ¿Os lo cuento?